La banca privada es un servicio personalizado destinado a grandes patrimonios que buscan la gestión de este de forma global para poder satisfacer sus necesidades financieras.

Su finalidad es desarrollar una estrategia de inversión a medida del cliente mediante un análisis previo. Gracias a él se pueden identificar sus objetivos financieros, circunstancias personales-familiares y conocer el riesgo que está dispuesto a asumir para conseguir una mayor o menor rentabilidad.

Hoy en día la gran mayoría de bancos en España cuentan con servicios de banca privada –a no ser que estos sean muy pequeños y aún no tengan una red de asesores disponible o acaben de empezar en el negocio financiero-.

Pero también existen entidades bancarias que se dedican, exclusivamente, a operar en banca privada sin tener clientes con capitales medios o bajos en su cartera.

La banca privada va dirigida a clientes exigentes, que buscan que sus ahorros les generen rentabilidades. Las inversiones acostumbran a ser en cestas de acciones de empresas, fondos, SICAVs o en productos propios de la entidad -conocidos como depósitos bancarios remunerados-.

Ventajas respecto a otras modalidades de banca

La gran diferencia de la banca privada respecto a la banca para particulares es que esta no ofrece unos productos estandarizados. Esto es porque sus clientes buscan un servicio personalizado que se adapte a sus necesidades y que les ofrezca soluciones financieras completas con la que puedan optimizar sus capitales.

A partede esto, los clientes de banca privada cuentan con gestores personales y equipos especializados en inversión de los que sería complicado disponer a través de la banca convencional. Esto permite al equipo de asesores organizar y administrar el patrimonio empresarial o familiar del cliente analizando constantemente sus circunstancias, lo que les lleva a poder conseguir mejores resultados mediante una optimización y planificación financiera eficiente.

Además, el seguimiento a medida que ofrece la banca privada aporta una relación preferente que se traduce en un trato personalizado y mayor disposición de los banqueros hacia los clientes. Con ello se puede obtener un seguimiento continuo sobre la evolución de sus inversiones y reacciones más rápidas por parte de los asesores ante cambios repentinos del mercado financiero.

Gráfico de número de clientes de la banca privada
Número de clientes de la banca privada

Aunque la banca privada quizás sea un negocio poco conocido para el gran público, eso no quiere decir que sea más arriesgado que otros servicios financieros. La banca privada se adapta a su cliente y, por este motivo, acostumbra a plantear estrategias de inversión a largo plazo si el cliente así lo desea, con el objetivo final de obtener rentabilidades sostenidas en el tiempo.

Por tanto, los clientes que buscan seguridad harán inversiones –mediante sus gestores- en productos con poca volatilidad, mientas que los que están dispuestos a sumir mayores riesgos apostarán soluciones más variables.

¿Qué requisitos se necesitan para poder acceder a la banca privada?

El gran escollo para la mayoría de gente a la hora de poder disfrutar de los servicios de la banca privada es, lógicamente, la cantidad de capital exigido por estas entidades para empezar a operar.

La banca privada resulta una opción viable y realista para aquellos que tienen una suma de ahorros superior a los 300.000€. Esta cifra no existe sin razón, ya que es el punto de inflexión que permite a los gestores de banca privada diversificar las inversiones. Esto permite conseguir buenas rentabilidades sin correr con unos riesgos más altos de lo normal o necesario.

A parte del capital disponible para poder empezar a operar con banca privada, también es importante que el cliente quiera aprovechar al máximo los servicios que le ofrece esta. Para ello la implicación del inversor debe ser máxima, ya que esto provocará que sus asesores personales puedan entender las necesidades y objetivos que tiene y así poder conseguir los resultados que espera.

Por este motivo, es de vital importancia que cliente y asesores creen una relación de confianza mutua a base de encuentros y dedicación de tiempo en reuniones para hablar sobre su situación financiera personal o familiar, lo que quiere obtener de su patrimonio, el riesgo que está dispuesto a asumir… Una vez establecida esta relación de confianza y cuando el asesor ya conoce a fondo a su cliente y lo que quiere conseguir, este puede tomar decisiones de forma más o menos autónoma , pero siempre respetando las directrices de la persona a la que asesora. 

¿Existen comisiones en la banca privada?

Como en todos los negocios financieros, los clientes de la banca privada no están exentos de tener que hacer frente a una serie de comisiones por las operaciones que sus asesores han llevado a cabo. Aunque cada entidad puede aplicar varias, las más habituales son las siguientes:

Porcentaje del patrimonio anual o trimestral

El banco se quedará una pequeña comisión del patrimonio total que el cliente tenga en su cartera de inversión. Acostumbra a oscilar entre el 0,5% y el 2,5%.

Tarifa de éxito

El operador se quedará con una parte de los beneficios obtenidos en las operaciones de inversión. Aunque esta puede ser la comisión que el cliente más pueda negociar, se acostumbra a cifrar entre el 5% y el 15%.

Comisiones de gestión

Esta es la más cambiante según la entidad financiera con la que se trabaje. Como en la banca tradicional, cumplir ciertos requisitos podrá provocar que el cliente esté exento de ellas, aunque cada vez es más habitual que estas se cobren.

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